sábado, 31 de octubre de 2020

El Verdadero Poder del Culo: Vivir en el Filo

Un buen culo es capaz de mover montañas. Es la llamada de la selva. Es el origen del mundo.

Sofía Vergara, más lista que el hambre, enseña una tanga en Twitter. Nadie olvidará su nombre en la entrega de los premios, muchas personas caen al suelo, desnudas, en una sobrecogedora escena violenta de “Promesas del Este” y yo, ¡Ay, bendito! No puedo quitar los ojos de ese poderoso culo de acero, perfecto.

La culografía humana es variopinta. No hay dos culos iguales. Incluso uno mismo, en función del estado de ánimo –apagado, alerta, a la búsqueda, acomodado– se mimetiza con un culo diferente.

Lejos de querer ocasionar un altercado público, les sugiero que aprovechen un día de paseo, uno de esos días en los que no van con demasiada prisa, y estudien los culos de las personas acompañantes o de las que están en los alrededores.

Personalmente, desconfío de los huidizos. Mala señal. Poco ejercicio, dejadez y, quizá, igual que huye el culo, huye su poseedora cuando surge un problema. No olvidemos que sobre el culo hay un tronco, sobre este unos hombros y sobre ellos la noble y testaruda cabeza. O alocada, fulera, débil, venerable, obtusa cabeza.

Hay culos jamoneros, huertanos, urbanos, lozanos, caribeños, bohemios, sofaleros ,burgueses, serranos, generosos, respingones tacaños, peludos; Culos como melocotones y culos como balcones. Algunos con esa redondez lunar, con la perfección del círculo; Otros, labrados al gusto apolíneo. ¿Qué Me Dicen de Aquellos Marmóreos del Clasicismo y del Renacimiento? Nunca la piedra habló tan alto y tan claro. Estoy convencida que el síndrome de Stendhal no lo ocasionó la Santa Croce, sino un bello culo florentino de carne y hueso.

Si los grandes artistas se han rendido ante su magnificencia por algo será. Todos los maestros dedicaron el tiempo preciso para mostrar rubicundos, oliváceos, perfectos, descarnados, sensuales culos. Una profesora de arte neoyorquina sostiene que la sonrisa de la Gioconda no es otra cosa que un culo. Gire la imagen noventa grados et voilà!

Los culos son el foco del pecado, el tam-tam, el redoble de tambor. Pulsiones desatadas a cada compás.

El culo es Marilyn en Niágara, es el Bond de las chicas Bond.

Tal y como está el patio, querida lectora, para qué la voy aburrir con independentismos, bancos centrales europeos, titulares del New York Times o pactos fiscales. Con la que está cayendo, lo mejor es refugiarse en la belleza castiza, rotunda, visceral de un buen culo. Y que llegue la fin del mundo.

https://blogs.laverdad.es/vivirenelfilo/2012/09/27/el-poder-del-culo/?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F

La Seducción del Culo

Una investigadora de la Universidad de Bremen ha estudiado el poder de seducción del culo y presenta sus ideas sobre la eterna atracción que ejerce ese lugar del cuerpo que nos une con nuestra naturaleza primigenia.

El culo fue y será el lugar del cuerpo femenino más mirado y admirado. Objeto erótico por excelencia de pintores, fotógrafos, de los medios visuales y la publicidad, nuestra "parte de atrás" es el vínculo que nos une con nuestra animalidad, y es allí donde podemos "vivir" nuestros instintos sin avergonzarnos. Pero no sólo el culo femenino es objeto de culto. También las mujeres admiramos unos culos bien formados. La catedrática Ingelore Ebberfeld, de la Universidad de Bremen, ha realizado un estudio sobre el poder que ejerce el misterioso final de nuestra espalda.

Es obvio que culturalmente el culo no está tabuizado como lo está el pubis, ¿O es que Alguna Vez se ha Visto en Algún Desnudo Pictórico un Culo Cubierto con la Famosa Hoja de Parra? Claro que no, por el contrario, la historia del arte está poblada de culos colosales que se presentan sin vergüenza alguna ante la persona espectadora. Algunas personas han aprendido a desviar la mirada de los escotes generosos hacia los ojos de la portadora, pero en cuanto ésta se da vuelta, se acabaron los modales civilizados. Ninguna persona puede evitar, si no es estrictamente necesario, que los ojos se deslicen hacia abajo y le dediquen una mirada exploradora a aquella zona ondulante. Como las mujeres no tenemos, por suerte, ojos en la espalda, la persona observadora puede contemplar a su gusto, sin que la observada se disguste, y ésta tiene libertad de acción con sus atractivos.

Políticamente Correcto

Ingelore Ebberfeld opina que el impulso de observar la parte trasera del cuerpo no puede controlarse, y que forma parte de la mirada atávica de nuestros antecesores, en una época de la evolución en que la mirada y el trasero se encontraban a la misma altura. El mono se trepaba a la hembra por detrás para copular, y era común, según Ebberfeld, que la hembra atrayéra a la posible pareja con su cola.

Es decir que, para la persona de hoy, el encanto del culo radica en su cercanía a nuestros instintos primitivos: Allí podemos ser animal, ergo, allí podemos ser. Los culos cuentan con dos ventajas: Están libres de la peligrosa y unívoca significancia de los genitales, y por sobre todo, están ubicadas por detrás, alejadas de la conciencia y de lo "políticamente incorrecto".

En la historia evolutiva, tan pronto como el ser humano comenzó a andar en sus dos piernas, y ya no en cuatro patas, el culo quedó vedado a la vista. Esto provocó la regulación del intercambio de miradas, y tanto la cópula por detrás como el previo olisqueo del culo de la pareja sexual cayeron en disgusto. A partir de ese momento debió conformarse con echar pudorosas miradas de reojo a las preciadas "partes".

El Tesoro de las Divas

De este modo, la investigadora explica el por qué de la permanente atracción ejercida por el "culo". Lugar deseado y negado a la vez, tanto por sus indicios atávicos como por su ubicación corporal, pero al mismo tiempo culturalmente aceptado como objeto erótico, ha pasado a ser imagen de culto por excelencia de los medios visuales. Basta con mirar la televisión, y contar cuántos segundos de publicidad omiten la presencia de "sus majestades", los culos.

El trabajo de Ebberfeld es interesante, ya que casi no se han publicado estudios de esta naturaleza acerca del preciado tesoro de Jennifer López y Kilie Minogue. En cuanto a las preferencias de las mujeres, no es ningún secreto que les gusta mirar, si es que se da la ocasión, con o sin disimulo, el epílogo corporal afortunado. Eso sí, siempre que las formas concuerden con la imaginación femenina, o con lo que los medios visuales hacen de ella: Debe ser pequeño, redondo y musculoso. Seguramente aún hay mucho por hacer en este área de investigación, y es probable que el tema sea el próximo objeto de estudio de la catedrática, a quien le apasiona analizar lo desconocido. En 1998 realizó investigaciones sobre los olores corporales, y en su libro "Bésame" se ocupa del beso y sus orígenes.

https://www.dw.com/es/la-seducci%C3%B3n-del-trasero/a-1093968

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