miércoles, 2 de diciembre de 2020

Breve Historia del Culo

¿Por Qué es Tan Importante el Culo en la Historia de la Civilización? ¿Por Qué Nos Obsede Tanto Esa Presa del Demonio? ¿Por Qué su Oscilación es Una Suerte de Pulso Cósmico y Sus Formas Rotundas Presiden los Anuncios, Inspiran a los Artistas, Aguan los Ojos del Pastor, Sacuden al Vaticano y Conmueven al Rudo, al Banquero y al Estilista? Nadie lo sabe con exactitud.

Este es el tema de “Breve historia del culo”, un libro que explora el tema desde la pintura, la psiquis, la fisiología, la historia, la antropología y las aberraciones, por supuesto, pero tiene la levedad del ensayo literario y elude con tino la pesadez del tratado. Para lograrlo, Hennig echa mano de las opiniones de los sabios que se han ocupado del asunto, las refresca con un humor que no se rebaja al chiste, y las discute con una prosa que se parece a las nalgas coquetas: Es tersa y desparpajada a la vez.

El libro, publicado por la editorial Española Principal de los Libros, es un novedoso estudio histórico sobre las mutaciones de esa zona, su relación con la idea de belleza y las concepciones e interpretaciones de artistas.

“El culo data de la más remota antigüedad. Apareció cuando a los seres humanos se les ocurrió alzarse sobre sus patas traseras y sostenerse así. Fue un momento capital de nuestra evolución, ya que los músculos del culo se desarrollaron entonces de un modo considerable”.

“A su vez, sus manos quedaron libres y se modificó el acoplamiento del cerebro con la columna vertebral, lo cual permitió el desarrollo cerebral. Retengamos esta interesante idea: En cierta forma, el culo del ser humano tendría su origen en la erupción de su cerebro”.

“De las 193 especies vivientes de primates, solamente la especie humana posee unos culos hemisféricos que son permanentemente salientes, aunque algunos hayan podido argüir que ese tipo de culos se encuentran también en las llamas de los Andes, que, dicho sea de paso, no son primates”.

Nos cuenta que el “beso negro”, un ósculo en el ano que recibía el aspirante a templario en el ritual de iniciación, tenía como fin medir su templanza, de aquí el nombre de la orden.

“La perfección formal del culo es indecible, pero hay tres rasgos sine qua non: Debe ser blanco como la leche y bien moldeado, a veces con un ligero bermellón nunca visto antes pero semejante al rubor, que es el color de la virtud, para que rime con el tono del esfínter, que será rosado como las auroras del verano. El conjunto tiene que ser fresco, redondo y abundante, pero a la vez firme y rotundo”.

El culo no es maldito porque excreta, sino por convenciones geométricas y teológicas: Está atrás, como el pasado, cuando el futuro nos espera adelante, y queda abajo, como el Infierno, cuando el Cielo está en las alturas.

En el anticanon de están “los culos fofos y caídos de los libertinos, gastados por el vicio, los culos repugnantes y destrozados de las viejas celestinas, apergaminados por exceso de fuste, viejo culo de cuero hervido, sucio trapo ondulante, culo desgarrado que más parece papel de envolver, tan fofo que se puede enrrollar en un palo, como ubre de vaca vieja, boca de volcán, ventanilla de retrete, cloaca ignominiosa: el culo encuentra su apoteosis en la abyección y su grandeza en la infamia”.

Las bellas artes son referencias centrales del libro. “Después de la Antigua Grecia, cuando fueron adoradas la esfera y los muchachas, el culo femenino es el centro del mundo. Nunca se sabrá por qué, por ejemplo, explota en el siglo XVI italiano y desaparece casi completamente en el libertino siglo XVIII”.

Es tan complejo el libro, cubre tantos aspectos y su estilo combina con tal precisión el rigor y el desparpajo, que uno termina su lectura muy cambiado, turuleto, con una propiocepción hiperestésica de su propio culo y reconociendo la veracidad de la sentencia de la fajilla: “Después de leerlo tú nunca volverás a sentarte como antes”.

Se intenta resolver lo que considera una cuestión espinosa: “¿La Mujer Prehistórica Tenía un Culo Especialmente Voluminoso y en Forma de Cono? ¿Tenía un Culo Audaz Que, en Lugar de Caer Como Hoy en Día en Forma de As de Corazones al Revés, Respingaba Como un Pan de Azúcar? ¿Tenía Forma de Choza? Desgraciadamente, no lo podemos verificar a partir de los esqueletos”.

También se plantea que “aparentemente la mujer de culo gordo forma parte de los orígenes de la humanidad, si hemos de creer a las estatuillas primitivas del Paleolítico, esculpidas en hueco de la mano y no mayores que el carozo de una fruta, tales como la Venus de Willendorf, la mujer sin cabeza de Sireuil o la Venus de Kostienki”. “La más curiosa de todas estas mujeres esteatópigas o acumulación de grasa en el culo es, evidentemente, la Venus de Lespugue, esculpida en un bloque de marfil; es un verdadero desafío a las leyes anatómicas, un apilamiento de masas redondeadas y pulidas, algo así como un bollo que se hubiera hinchado por todos lados, una mujer difícil de entender”.

“En África, la belleza de una mujer residía en un culo imperial, que evocaba el balanceo de la leona. En Mauritania existieron durante mucho tiempo casas de engorde, con una corporación de cebadoras destinadas a volver obesas a las jóvenes destinadas al matrimonio”.

“Al comienzo de la Tercera República francesa afloró un culo increíble y bastante suntuoso que recordaba al culo prehistórico, aunque fuera totalmente artificial, al que se llamó ‘miriñaque’, ‘globo’, sin duda porque tenía bastante que ver con el aerostato, o, sin más, ‘falso culo’”.

Breve historia del culo logra presentar material histórico con una prosa clara y concisa, aborda la relación de esa zona de nuestra anatomía con la limpieza, los besos, el canibalismo, las cirugías, las curvas, las decoraciones, los azotes, el tamaño, los nombres vulgares, la sodomía, entre otros aspectos.

Breve historia del culo | EL ESPECTADOR

"Breve historia del culo": un libro sobre las nalgas y su importancia | VOS (lavoz.com.ar)

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